El mal estado de los neumáticos puede apreciarse de diferentes formas, como por ejemplo endurecimientos, agrietamientos, golpes con bordillos, deformaciones o desgastes.
Cuando sustituimos los neumáticos, lo más común es que se trate del desgaste por el uso de los mismos y podemos saberlo observando la banda de rodadura (zona de contacto de la rueda con el pavimento).
Como es lógico, cuanto más gastado esté el neumático, menos se adhiere el vehículo a la calzada, por lo tanto más peligrosa se vuelve la conducción.
¿Como puede influir? Aportamos un ejemplo de una prueba realizada.
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